En mi humilde e inexperta opinión, la pisada ecológica de Veritas es honestamente subpar. Los embalajes parecen ser ecológicos en su apariencia, pero en inspección más cercana son de plástico. La generación de residuos se lleva en la trastienda y es imposible de cuantificar.
No parecen hacer tampoco ningún esfuerzo para limitar el consumo eléctrico.
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